Kilos de más, comida de menos. ¿Acierto o Error?

Kilos de más, comida de menos. ¿Acierto o Error?

Kilos de más, comida de menos. ¿Acierto o error?

Imagen CC0 del Banco de Imágenes del Pexels

Operación «Dieta», Operación «Lechuga», Operación Piña…y así con todos los nombres que podamos imaginar para denominar a la época en la que muchas personas restringen las cantidades de comida o algunos alimentos y, por tanto, sus nutrientes con el objetivo de perder los kilos que han ganado.

Pero ¿es esto efectivo?

Como especialistas en «Motivación al Cambio» hemos de advertirte que este tipo de «Dietas» aportan una motivación corto-placista que acaba extinguiéndose ya que la persona no es capaz de restringir por un tiempo prolongado todos los nutrientes que le son necesarios para mantener su nivel de activación (en otras palabras «restringimos la gasolina del coche»).

Este déficit tendrá consecuencias que seguramente ya hayas experimentado en alguna ocasión:

  • No mantenimiento de las restricciones.
  • Ansiedad: que pudiera estar motivada por numerosos motivos, súmale un déficit de glucosa en sangre si no te alimentas correctamente.
  • Atracones: provinientes de cantidades de comida elevada o de hidratos de carbono o grasa.
  • Frustración: sensación de «no cumplir objetivos», los límites son complicados para nuestro organismo, en cuento pueda, nuestro cerebro «intentará escapar» boicoteando tus deseos, en pro de las necesidades (y del disfrute).

Hoy día conocemos que existen numerosas estrategias para realizar dietas, pero muy pocas se experimentan como cambios en los hábitos de salud. ¿Se trata de hacer dieta o de llevar una correcta alimentación?.

Por experiencia profesional, sólo aquellos que implementan cambios a corto plazo asequibles y objetivables se convierten en hábitos o rutinas de alimentación.

Para ello existen numerosas investigaciones que nos determinan que existen técnicas de mantenimiento de la motivación al cambio, como el estudio que realizó Campbell et al. en 2009 con Entrevista Motivacional para la prevención y control de la enfermedad oncológica : «A random- ized trial of tailoring and motivational interviewing to promote fruit and vegetable consumption for cancer prevention and control.»

¿Cómo comenzar estos pequeños hábitos?

  1. Ten claro tu objetivo final: ¿Qué quiero cambiar?
  2. Busca motivaciones para realizarlo y apúntalas, esto te servirá para tener en cuenta qué te ha llevado a la acción y recordártelo sin tenerlo en la memoria.
  3. Busca los objetivos a medio plazo para la consecución, ¿dónde estará uno de los primeros logros en el medio del camino?.
  4. ¿Cómo has pensado en conseguirlos? Comienza a hacer un mapa de tu plan de acción.
  5. ¡Exacto! Te has dado cuenta de que para conseguir el medio plazo, has de conseguir objetivos a corto plazo, ¿cuáles son? Determina su frecuencia: diaria o semanal o quincenal (no más!).
  6. Apunta los objetivos a corto plazo y realiza un registro de consecuciones.
  7. Refuerza con auto-mensajes tus logros y con alguna recompensa al final de la semana (recuerda que no existen alimentos a restringir!).
  8. Alimentos: recuerda siempre que ¡NO hay alimentos prohibidos!. Nuestro cerebro tiende a pedir aquello que se le es prohibido por la necesidad de posesión, ¡no caigas en su trampa!.
  9. Busca los alimentos que puedes ingerir de forma diaria.
  10. Busca los alimentos que puedes ingerir de manera semanal.
  11. Busca los alimentos que puedes ingerir de manera mensual.
  12. Busca los alimentos que puedes ingerir de manera ocasional.
  13. Recuerda que hayas caído en algún momento no es una recaída para echar por la borda tu plan de acción, ¡se puede retomar de manera continuada! ¡Depende de ti!

 

 

Y recuerda, si aún así necesitas ayuda o te sientes perdido, ¡no dudes en contactar con un profesional!.

 

 

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