Rebajas ¿compras compulsivas? : Oniomanía

Rebajas ¿compras compulsivas? : Oniomanía

Rebajas ¿compras compulsivas? : Oniomanía

Muchos de nosotros tras las Fiestas Navideñas decidimos renovar nuestro armario esperando las «tan ansiadas y temidas» rebajas.

«Las rebajas» consisten en la bajada de precios de los establecimientos en relación a los precios que han tenido sus productos el resto del año, es decir, precios inferiores a los fijados el resto del año.

Numerosas personas conocen estrategias y recursos para dotarse de las mejores «gangas» , lo que provoca un estado de bienestar psicológico con la consecución de objetivos elevados ya que intervienen procesos de segregación de serotonina y dopamina (neurotransmisores relacionados con la regulación emocional); sin embargo otras experimentan grandes problemas por el simple hecho de no realizar compra alguna, percibiendo un estado de malestar que únicamente lo pueden paliar con la realización de dichas compras.

Al hecho de realizar compras de manera compulsiva se le denomina Oniomanía o Síndrome del Comprador Compulsivo y está caracterizado por el deseo no controlable de realizar esta actividad sin necesidad real aparente; por tanto la acción está motivada por una simple percepción de confort psicológico, ya bien sea debido a la suelta de endorfinas por el proceso o más bien por escape al malestar provocado por la no realización de dicha actividad.

Los dos Psiquiatras que primero acuñaron el término Oniomanía fueron Kraepelin y Bleuler ya en el siglo XIX (en definitiva podemos decir que ni la sintomatología ni el trastorno en sí es de nuestra época…¿curioso, no?) en pacientes que tras el proceso de compra tenían síntomas de placer corto-placistas pero que, una vez empezado a aparecer el proceso de culpa (durante o tras la compra), comenzaban a sentir frustración en forma de tristeza, ansiedad, irritabilidad, problemas de concentración y problemas en la conciliación y el mantenimiento del sueño.

A día de hoy sabemos que entorno a un 6-7% de la población tiene este trastorno, pero si bien es cierto que las compras online pudieran haberlo incrementado, sobre todo en adultos jóvenes y adolescentes que este índice se dispara a un 30%. Este dato es preocupante debido a que numerosos padres envuelven este problema familiar justificándole con el aumento en la economía en comparación con los últimos 50 años («mis hijos tienen ahora más oportunidades y más acceso a los caprichos de los que nosotros podíamos tener»).

Ahora bien, ¿te sientes identificado con lo anteriormente descrito? Desconocemos si te encuentras en este caso, si alguna de tus personas cercanas tienen este tipo de sintomatología pero si fuera así, te recomendamos que valores acudir a un profesional para que evalúe el caso.

En el caso de que sea algo momentáneo pero que consideres que debes establecer un plan de acción para no caer en la trampa del gasto económico compulsivo, nos gustaría dotarte de algunas estrategias para que las pongas en marcha en estos días:

  • Visualiza tu armario / casa: ¿qué necesitas? (¿Conoces el «Método KonMari»?)
  • Haz un listado con todo aquello que te sea necesario o útil: busca el para qué de las cosas.
  • Elimina todo aquello que se repita por prendas u objetos iguales, ¿necesitas más de una prenda?
  • No te plantees los «por qués», siempre encontrarás una motivación de placer intrínseco que te lleve a la compra.
  • Planifica dónde comprar: ¿qué tiendas me motivan más?: qué prendas quiero.
  • Planifica cuánto tiempo vas a dedicar a la compra: ponte un día y una hora.
  • No vayas acompañado de personas que no son capaces de controlar su acción compradora: 0 tolerancia a la retroalimentación.
  • Lleva el dinero justo y en efectivo (ya conoces lo que vas a comprar, no te hace falta más y, además, el dinero en mano genera mayor sensación de pérdida).

Intenta planificar las mejores estrategias para mantener la percepción de manejo de tu vida y en caso de que no lo consigas, insistimos no dudes en ponerte en contacto con un especialista.

Una vez las pongas en marcha, ¡no dudes en contarnos cómo te ha ido!.

¡Te esperamos!

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